jueves, 8 de enero de 2009

10 LOVE & 10 HATE

1. Cada vez me gustan más los domingos en los que despierto escuchando llover en la calle, agazaparme de nuevo entre las sábanas y cerrar los ojos mientras retomo el sueño...Pero odio cuando no soy capaz de retornar al dulce sueño en el que me encontraba. Vaya! Es lunes, está lloviendo, hace frío y me queda una mañana intensa en la que tengo que aguantar un tráfico insoportable que hará que llegue más caliente al trabajo y no consiga ver avanzar mi reloj. Eso sí que lo odio.

2. Pero me encantan los días pijameros (si son de lluvia mejor), esos en los que estás todo el día detrás de una fuente de calor con tu pijama encima. Aquellos en los que compartes un café con una agradable charla con alguien, lees un libro, ves una película, y todo es sensación de frescor en tu cerebro. Pero odio esos días en lo que todo son prisas, en los que si invirtieras todo el tiempo que pasas mirando el reloj, otro gallo cantaría. Los días de carreras por los pasillos, de reunión en reunión, de tarea en tarea; en los que no tienes ni un minuto para cruzar una dulce palabra con tus mejores compañeros y, mucho menos, compartir el aroma de un café calentito mientras charlas de cualquier historia vanal. Esos días los odio.

3. Amo las charlas filosóficas, o de cualquier tema abordado con razones y justificaciones profundas, lejos de la superficialidad. Ya sean en una cafetería, en la tranquilidad de un piso, o incluso por internet, me encanta discutir sobre algún tema (cualquier tema), con un grado más de compromiso y uno menos de conformismo. Pero odio cuando la conversación se torna a gritos, alboroto, discusión e imposición de turnos e ideas. Por definición, eso no es conversar. Odio que la gente piense que por gritar más van a tener más razón. Y odio razones simples, irreales y pobres para justificarse.

4. Pero me encanta la compañía...la buena compañía, sin necesidad de estar hablando. Si seguíis este blog ya sabréis que soy de los que pienso que se puede tener una cálida y profunda conversación en el más profundo y absoluto silencio, siempre y cuando sea entre dos buenos amigos. Una mirada basta, un gesto basta, y una sonrisa basta para saber lo que el otro está pensando. Y cualquier respuesta es válida para considerarse como 'entendido el mensaje'. Pero odio las situaciones tensas, las situaciones incómodas, en las que el silencio se clava en tu piel irritándote mientras buscas cualquier tema de conversación de la que poder sacar provecho y poder pasar el tiempo. Uf cuanto odio les tengo!

5. Y ya que estamos; me encantan las miradas. Una mirada dice muchísimo más de lo que la gente piensa. Me encanta aguantar la mirada a las personas que me gustan, y me gusta mucho más que me la devuelvan. Es como un juego en el que pierde quien retire antes sus ojos. No os imagináis cuanto mensaje hay oculto detrás de una mirada sincera. Quizás esto se merezca una entrada aparte en el blog... Y odio las miradas ocultas, las miradas que no son miradas, aquellas que traen nada más que misterio, odio y rencor, y aquellas otras que no aguantan más que milésimas de segundo en contacto con la tuya.
6. Me encanta la cercanía de la gente, su simplicidad, el tacto de unos con otros. Eso denota sinceridad y compromiso. Me encanta amanecer acompañado, que me toquen en el hombro, que acompañen una conversación con gestos y ¿por qué no? que mis manos choquen con las de la persona que quiero dentro del cubo de palomitas. Pero odio los malos gestos, los golpes sucios, los golpes bajos, lo áspero del tacto de la gente que huele a mentira, a falsa y a hipócrita.
7. Me encanta la naturaleza, la montaña, la playa y el aire fresco. Amo el silencio de la naturaleza y, al mismo tiempo, el cuantioso ruido de la tranquilidad...que llega a ser desesperante si no la sabes escuchar bien. Me encanta el verde del bosque, el blanco de la nieve, el frescor de los ríos, la pureza del aire. Y me encanta sentirme en medio de ella, abrazado por lo más natural que hay en este mundo. Pero odio la gente que lo confunde con temeridad. Odio la gente que se aprovecha del medio ambiente, que le daña, que no disfruta con él, y que no sabe aceptar todo lo que ha hecho por nosotros. Odio los que no tienen respeto por la naturaleza, los que a nada temen, y los que más sensibles son.

8. Me encanta dormir, hablar con la almohada, la soledad de la noche, los ruidos del viento, la luz de la luna, la compañía en la cama. Es cuando más me siento yo; cuando más hablo conmigo. Me encantan los diez minutos antes de cerrar los ojos, en los que aclaro ideas, o bien las confundo más. Esos diez minutos en los que puedes sentirte a tí mismo conversar con otra persona, sonrerir intentando disimular la carcajada, llorar intentando ocultar el llanto, y ver intentando engañar a la oscuridad. Pero odio la gente que ... no se. Creo que odio la gente que no sabe sacar provecho de la belleza de la noche y que, aún más, se aprovecha de su oscuridad para hacer daño.


9. Me encanta amar y ser amado, devolver un gesto y que me lo devuelvan, acariciar y ser acariciado, ver pasar el tiempo y que otros lo gasten conmigo, compartir emociones y que otros las comprendan, abrazar y ser abrazado, ¿por qué no? llorar y secar lágrimas,... Pero odio aquellos que dicen odiar todo esto por mera fachada, por aparentar ser otros. No son ellos. Odio la falsedad, como he dicho, y confundir dureza con sinceridad, confundir sentirse hombre o sentirse mujer con vanales tópicos de la sociedad. Odio aquellos que dicen no sentir, no amar, no sonreir, no disfrutar, no llorar, no abrazar.

10. En definitiva...amo amar, y odio odiar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

olé,olé y olé









wimmeno

Anónimo dijo...

Venga Gato, sal ya de la caldera y quitate el pijama ya, afronta la vida y cómetela que tu vales mucho, y te mereces todo lo mejor.
Änimo y suerte!!!!!!!!!!