lunes, 9 de febrero de 2009

Tras el antifaz...UNA NOCHE

Sin duda las noches tienen algo especial. Quizás sea la oscuridad, que te abre los ojos. O quizás sea la luna, que te parte con su luz. Y las noches improvisadas junto a la persona que quieres (o maldita se la duda, 'crees querer') añaden aún más magia a ese cóctel de sensaciones que cuece tu cerebro: risas, lágrimas, cantos, abrazos, miradas, cervezas, roces, chistes, sonrisas, desenfreno, sentimientos, palabros, caminatas, pecados, charlas, gestos, ruidos, emociones, silencios, deseos, bromas, caricias, sueños, pasiones... Sin tener ningún plan en tu tierra, ahora estás allí, con planes y en su terreno. Te ves compartiendo la belleza de su noche, esas noches que no tienen día que venzan al alba, y clamando a los cielos que el tiempo se detenga, que la noche sea infinita, y que el día te preste sus horas para convertirlas en oscuridad. Sin verlo ni quererlo tus mayores dudas están a flor de piel, quizás en el peor escenario para intentar soterrarlas. Pero tu alegría lo inunda todo por estar allí compartiendo tan dulces noches. Una simple mirada hará que salten chispas en tu piel y que el brillo en tus ojos sea capaz de provocar hasta la envidia de la luna. Ahora vosotros sois quienes iluminais la noche.

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Todo va unido y todo sucede en compañía. ¿Qué más puedes pedir? Lo que quieras. Puedes ser capaz de dejar volar tu imaginación si al día siguiente, al despertar, estás con esa misma persona: un café compartido, un paseo al sol hablando con las olas, unas charlas interminables jugando con la arena, unos silencios emocionantes en los que tantas cosas se hablan.

Pero el tiempo peca de su peor defecto y te das cuenta que ni el alba va a lavar tu mente con la claridad. Te vas maldiciendo tu regreso a tierra, tu regreso a tu mundo. La noche te ha alcanzado hoy también, pero ahora apurando hasta el último minuto en aquel lugar. ¿La noche? Ahora no quieres saber nada de la noche. Ahora la noche te castiga por abusar de ella la luna anterior. Ella te complació brindándote sus mejores galas y ahora es tu peor verdugo. Cuando de nuevo estás solo y la despedida ha empezado a hacer efecto, la sombra de la oscuridad te produce un frío que para nada te acompaña en tus sentimientos pasados. Ahora tú y tu soledad, aquella que nunca te engaña, aquella única capaz de vencer la puesta de sol cada tarde, tratáis de pensar qué ha ocurrido y cómo poner un poco más de orden en tu cabeza. Te vas bendiciendo y maldiciendo la noche. Te vas bendiciendo y maldiciendo la mañana. Te vas preguntando porqué las fotografías carecen de recuerdos...



Vídeo 1: Araka la Kana (2007). Vídeo 2: La banda del capitán veneno (2008)

1 comentario:

Ego... dijo...

La cuestión es maldecir...
Un saludo

Da igual de noche o de mañana si en la cabeza está nublado...