lunes, 23 de febrero de 2009

Tras el antifaz...PASODOBLE A UNA CAMA

Quizás sea esta mi última entrada dedicada al carnaval, y quizás no sea este el mejor pasodoble que se haya escuchado por las tablas del teatro Falla. Pero sin duda, cuando lo escuché, despertó en mí unas ganas grandiosas de dedicarle en este humilde blog mis mejores palabras. Hace tiempo, en otra entrada de este blog, dediqué un apartado a las mejores conversaciones que una persona puede tener consigo mismo: a la almohada. Sin embargo, me olvidé de la otra parte: la cama.
Una cama es testigo de los momentos mas mágicos de la vida, pues nos ve nacer. Nos quiere, nos da calor y nos hace descansar en los sueños más dulces. Nos ve crecer junto a nuestros padres. Y es la única culpable de los abrazos más sinceros y reconfortantes con ellos, cuando nuestras pesadillas nos hacen llorar de miedo y despertar en la oscuridad. Una cama nos abraza cuando se lo pedimos, y le pegamos puñetazos cuando no sabemos aceptar nuestras derrotas. Como un imán corres hacia ella cuando discutes con tu hermano, en tu primer desamor, e incluso cuando no puedes ver tu programa favorito en televisión. Y siempre está allí para darte su apoyo con su silencio que tantas cosas parece decirte. Los momentos más mágicos y de placer los vives también sobre ella. Sabe guardar tus secretos. Y hablas con ella de noche todo lo que callas por el día. Te acoge en su regazo cuando estás enfermo, y aguante tus insoportables saltos cuando de niño celebras el gol de tu equipo favorito. Lloras en ella, de alegría o de tristeza. También ríes, cantas, susurras, suspiras y deseas que la luna no desaparezca nunca del cielo. Y también la compartes en las noches más íntimas, tanto que hasta la almohada se pone celosa. Como una simbiosis, los tres os fundíis en un único ser que da sombra hasta la luna y que es capaz de despejar hasta los cielos más temidos por los malvados piratas. Y tú la cuidas, y deseas que cada noche esté allí contigo, para hablar tus últimos minutos de cada día. Por la mañana, tus primeras palabras también serán tu dedicación, echándote de su lado con los mejores deseos matutinos, sabiendo que, aunque las cosas se tuerzan, por la noche estará allí de nuevo para consolarte en sus sueños. Y cuando llegue el momento, allí estará también para despedirnos entre lágrimas, pues en ella morimos, y más triste que ninguna, seguirá guardando tus mejores sentimientos, tus peores deseos, tus sinceros secretos, ...hasta el fin de sus días.

Comparsa "Los comparsistas se la dan de artistas" (2009)

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