miércoles, 26 de noviembre de 2008

Decisiones

Hoy he decidido escribir sobre las decisiones, una acción que exige al individuo optar por una alternativa a escoger entre varias posiblidades. Nos pasamos el día decidiendo, y eso agota a una persona. Además, el ser humano tiene la virtud de complicarse la vida cuando ha de tomar una elección banal. Somos capaces de poner nuestra cabeza al rojo vivo intentando complejizar todo, cuando la opción más simple, parece indicar, que siempre es la mejor. Y es que las decisiones cambian nuestro rumbo de vida por completo. A mí me recuerdan, particularmente, a un tipo de libro que solía leer cuando era pequeño: "Elige tu propia aventura". En estos te podías introducir en la piel del personaje principal, ya que eras tú quien decidía si: 1) Luchas contra el dragón de la cueva (ve a la página 74) ó 2) Das media vuelta e intentas buscar otro sitio por el que entrar al castillo (continúa por la página siguiente). Según lo que escogieras, la historia cambiaba. Lo malo es que la vida real muchas veces no te obliga a coger entre dos opciones bien predeterminadas, sino que parecen ser aleatorias y, frecuentemente, vorazmente malévolas. Y todo esto me ha llevado a pensar entre los diferentes tipos de decisiones con los que nos podemos cruzar a lo largo del día, desde que abres los ojos preguntándote "¿qué me espera hoy?", hasta que los cierras haciendo balance junto a tu compañera de cama: la almohada, claro está.


1. Suena el despertador. Decides ir espabilándote mientras estás "estirazándote" (dedicado a la niña del finde de los palabros) o dejarte dormir un poquito más.

- Decisión irrevocablemente errónea. Siempre que madrugas acabas maldiciendo porqué no dormir más: no has hecho nada en toda la mañana. Y siempre que te dejas revolcar en la cama la mañana se te queda corta: ¿por qué no me levantaría antes?
2. Estás en pie delante del armario y tienes que decidir qué ropa ponerte.
- Decisión sin fondo. La ropa no deja de ser un bien de primera necesidad, de abrigo. No malgastes tu tiempo intentando conjuntar tu ropa evitando repetir prendas del día anterior. Es mejor aprovechar ese tiempo desperezándote en la cama. Así te quitas dos decisiones del medio rápidamente.

3. Ahora debes decidir si te pegas el cafelazo padre antes de salir de tu casa, o lo dejas para media mañana, o bien te tomas los dos.
- Decisión fisiológica. Al final siempre es el cuerpo el que te lo acaba pidiendo. Mírate al espejo, analiza tu cara, y rápidamente obtendrás respuesta.

4. Llegas al curro. Debes decidir si empezar a currar en el momento que tu culo se pega a la silla o si, para entrar en calor, miras el correo y lees las noticias por internet.
- Decisión que habla por sí sola si no eres chino. Lo más obvio es elogiarte por estar en el curro un día como hoy, así que decides darte tu primera recompensa (cierto, no has hecho nada todavía y ya te estás concediendo méritos): "voy a mirar unas cosillas por internet antes de entrar en faena". Lo de los chinos es mejor tratarlo a parte. Creo que para ellos no está dedicada esta entrada: tienen decisiones que nos sobrepasan a la gran mayoría.
5. Ya es media mañana. Tus compis se preparan para el café. Has de decidir si acompañarles o quedarte adelantando curro.
- Decisión sometida a una gran presión por el endogrupo. Tienes que acompañarles con ellos para integrarte después en las bromas referidas a algún comentario ingenioso que hicieron en cafetería. Aunque, mirándolo por otro lado, esta decisión bien podría encajar en el tipo de decisión número 4.
6. Se acerca el mediodía. Ahora tu elección se debate entre terminar lo que estabas haciendo e irte pronto a casa, o adelantar un poco de trabajo en los quince minutos que quedan.
- Decisión refranera. Más vale hacer las cosas bien y dejarlas terminadas, que hacerlas rápido y medio hacer. Mira el niño qué listo! Cuando interesa sí que sabemos aplicar la lógica.
7. Llegas al hogar. ¿Qué como?
- Decisión frigorífica. Lo que al final acabes comiendo dependerá en buena medida de las oportunidades que te ofrezca tu nevera y despensa, pero como casi siempre, las combinaciones no son muchas. Menos mal que tienes algo de la noche anterior y "con dos pegillos más nos quedamos comíos".
8. Pues mira, al final te has quedado lleno y sentado al braserito se te empiezan a cerrar los ojos. ¡Qué mal se está así! Debes decidir si echar una pequeña siesta o ponerte a hacer cosas antes de que la cosa vaya a más.
- No es una decisión. Nadie se plantea dudas como esas. ¡Que descanses un rato!
9. Entre pitos y flautas (jejej) se te va la tarde y, como todo el mundo, no has hecho ná! Ahora se te plantea la duda de comenzar a abrir cervezas o pararte un poquito más, cuando se vaya acercando la hora de cenar.
- Decisión motivacional. Lo que te lleva a comenzar a beber pronto viene dado por tu estado de motivación presente. Si estas un poco tocado por el día, no te lo piensas: te sientas solo en el salón con la TV apagada mientras te bebes una cerveza pensando pensamientos recurrentes. Si, por el contrario, el día te ha sonreído y el feliz solecillo te ha atravesado con sus calientes rayos hasta tocar tu corazón (toma ya!), de la misma manera que antes, la cerveza la abres, pero con música de fondo y pensando en banalidades absurdas.

10. Se acaba el día y debes pensar un poco sobre tu planificación para el día siguiente.

- Decisión aplazada. No es el momento de hacer eso. Acuéstate y habla con tu almohada. Mañana será otro día lleno de decisiones.


Hasta aquí por hoy. En otra ocasión hablaré de otro tipo de decisiones, de aquellas que nos marcan más la vida a largo plazo. Será otro tema interesante, con más fondo que el de hoy. Os invito a "comentarme" esta entrada con cualquier decisión de la vida diaria que se os ocurra. Hay millones!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

guaaaauuuu!!! q weno el blog de las decisiones, es verdad estamos todo el dia tomando decisiones....el proximo q voy a escribir yo va tratar sobre las casualidades.. no paran de sucederme casualidades ultimamente...algunas ya es para asustarse.
la ultmia que me ha pasado ha sido leyendo tu blog...cuando hablas del libro q leias cuando eras pekeño...minutos antes de leerlo he estado hablando con unos amigos de esos libros..el de la rayuela...q cosas más raras!!años llevaba sin oir hablar de esos libros...en fin, me tendre que acostumbrar a vivir con estas cosas..jajaj

un besitoo

Anónimo dijo...

Uffff!!!!que bueno lo de las decisiones, y cuanta verdad encierra. A mi me pasa eso muy a menudo y no se si opto siempre por la mejor.
En fin, ánimos y besos

Ego... dijo...

Jajajaja! La decisión fisiológica es mi pan de cada día.
Añoro muchísimo la decisión marcada por la presión endogrupal...
Snif!
Me ha gustado mucho el post. Enhorabuena!