martes, 16 de diciembre de 2008

Lo mejor de ser humano

Anoche hablé con mi almohada. Ella parecía abatida, desolada por algo. Se lo noté nada más entrar en la cama, con el primer abrazo que intentó ofrecerme después de un largo día sin vernos. El calor que me daba no era el mismo, e intentaba disimularlo. Pero no lo consiguió, y le pregunté qué le pasaba. Lejos de ofrecerme una respuesta clara me devolvió el turno con otra pregunta: "¿Qué crees que es lo mejor de ser humano?" Exactamente, no me preguntó por lo mejor del ser humano, sino por lo bueno que tiene el hecho de ser humano. Rápidamente comprendí porqué estaba así. Fue una noche más, de conversaciones con mi almohada, y decidí preguntar por aquí a ver qué pensais.

Lo mejor de ser humano no es la alta capacidad de razonamiento de la que disponemos, pues si razonáramos tan bien como decimos muchas de las catástrofes y desgracias que ocurren en nuestro mundo no serían ni tan siquiera imaginables. Lo mejor de ser humano tampoco es el lenguaje verbal (aunque queda feo que yo lo diga), pues muchas veces no sabemos aprovecharlo y abusamos de él de manera incontrolada, sólo para hacer daño y convertirnos en más egoístas pensando sólo en nosotros. Lo mejor de ser humano no es la inteligencia, pues la complejidad que ello nos otorga nos hace creer que somos mejores, siendo la mayoría de veces más estúpidos solamente por pensar así. Lo mejor de ser humano tampoco es la calidad de vida de la que disfrutamos, pues con mucho menos seríamos más felices: estamos acostumbrados a una vida llena de lujos vacíos, que no llenan para nada nuestro bienestar personal. Pero bueno, eso se merecería una entrada aparte. Lo mejor de ser humano no es, resumiendo, ninguna de las cosas por las nos creemos superiores a otros seres. No es eso. Lo mejor de ser humano es una simple cosa que, aun compartíendola con el resto de seres vivos en la tierra, somos capaces de estrujarla y sacar el máximo rendimiento de ella. Es algo por lo que, a mi parecer, fuimos capaces de desarrollarnos de manera diferente al resto de seres vivientes del planeta. Y lo mejor de ser humano es algo que el mundo entero está empezando a infravalorar, a perder como un bien del que tendríamos que ser capaces de luchar hasta perder nuestra vida en ello. Efectivamente, para mí lo mejor de ser humano son las relaciones humanas, las relaciones entre las personas que más queremos en nuestra vida.

Qué sería de nosotros sin eso tan fundamental y necesario para vivr como son las relaciones con los demás. ¿Para qué tanto lujo si no disfrutamos con ello? ¿Para qué creernos superiores si solamente estamos engañándonos a nosotros mismos ocultando nuestra prinicipal necesidad? ¡Dónde hemos llegado cuando hay personas con problemas para relacionarse y no hacemos más que seguir dándole de lado! Todo el día estamos relacionándonos, abarcando desde relaciones vanales y simples hasta las relaciones más complejas e intensas, pasando de lo peor conocido a lo mejor, al gozo. Desde la familia y pareja hasta los seres desconocidos, pasando por nuestros amigos, colegas y mascotas, nuestra vida se reduce a saber interaccionar y saber sacar provecho de ello.

La gente empieza a dejar de relacionarse, y se encierran en un mundo que para nada está ayudando a recuperar esa vieja costumbre. Y qué pena me da hablar de esto como "costumbre", pues en mi opinión es la meta por la que debemos luchar día a día. El mundo entero cada vez rechaza con más facilidad una cita con alguien por tal de ver un programa basura en televisión. Qué fácil es decir No a una quedada con alguien; y cuán difícil es volver a recuperar el tiempo perdido y los vínculos perdidos. No nos detenemos a pensar en ello ni por un momento. Y mi almohada anoche me abrió los ojos. Ella me decía tener envidia por no poder disfrutar de un buen café con tu mejor amigo, con tu pareja, o con tus padres. Cuando el ser humano es capaz de disfrutar sólo por cinco minutos, aunque sea en silencio, en compañía de un ser querido, llegaremos de nuevo a comprender qué es lo mejor de ser humano. Mientras tanto, el mundo seguirá perdiendo valores, seguirá luchando por bienes que para nada nos llenan, por dinero y más dinero, por el poder, por el egoísmo, y seguirá encerrándose cada vez más al mundo exterior, pensando sólo en su piel, viviendo como robots sin sentimientos, y llegaremos a un punto en el que tengamos que padecer solos, que vivir solos, que lamentarnos y morir solos.
Qué afortunados somos al saber sacar el máximo provecho de situaciones tan simples y, al parecer, vacías. Despertarte por la mañana y estar deseoso de ver a alguien es algo espectacular. Por la calle andas y tus ojos parecen explotar de alegría cuando ven a alguien que para tí significa algo en particular en tu vida. Un abrazo, una mirada, un simple gesto, es capaz de transformar la pena en alegría. Es capaz de hacerte cambiar en milésimas de segundo. Y, sin embargo, no nos damos cuenta de ello. Qué mejor manera hay de relacionarse que con una mirada. Cuando tu mirada choca con alguna otra, con esa persona que significa tanto para tí, crees ser capaz de detener el tiempo. Cuando le das dos besos y apoyáis vuestros brazos en el otro, parece que vas a levitar. Cuando os dais un abrazo, querrías estar así por mucho tiempo. Cuando te detienes a hablar, una sonrisa no deja de aparecer en tu rostro. Cuando llega la despedida, te vas con una sensación maravillosa que se convierte en intriga y ansia por esperar que llegue otra vez ese momento. Para relacionarse no hacen falta las palabras: un gesto y una mirada dicen más que miles y miles de letras encadenadas. Yo soy de los que piensan que cuando eres capaz de disfrutar de la compañía de un amigo/a sin tener por ello que cruzar ni una simple palabra, podrás sentir de verdad aquello tan profundo que sólo podemos sentir las personas.
Seguro que muchas veces habéis sentido aquello de lo que hablo, o sabéis perfectamente a qué me refiero con todo lo que he dicho. Os animo a no perderlo, a hablar abiertamente de esto, a saber disfrutar cada momento en compañía de vuestra mejor gente. Hay que cuidar las relaciones y, con ello, nos estaremos cuidando a nosotros mismos. El mundo está cambiando, parece que todo se está perdiendo, pero un antídoto como este puede con todo. Mi almohada acabó aceptándolo, y me hizo entender todo lo que acabo de plasmar aquí. Y, ya que estamos, ¿por qué no agradecer desde aquí a cada persona con la que he disfrutado fuertemente cada segundo que he estado a su lado? Gracias.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y que verdad hay en todo lo que dices. A veces no sabemos valorar el estar simplemente con la compañia de personas que nos agradan, ya sean amigos, hermanos,o personas que en el transcurso de la vida vas conociendo por distintas circunstancias. Deberiamos disfrutar solo de su compañia dejando atrás tanta tonteria que hahay la mayoria de las veces.

Anónimo dijo...

verdaderamente el ser humano puro nace solo porque necesita de los demás, de los que también están solos. Nacemos sin saber hablar, andar, comer...todo esto nos lo enseñan otras personas, y así con todo. los unos aprendemos de los otros. una persona sola, con la compañia de su televisor, su dinero y sus bienes materiales e sla persona más pobre del mundo.

sedag

Gato en Caldera dijo...

Efectivamente...y aún así la gente no se da cuenta de ello. Necesitan miles de topetazos contra una pared para empezar a valorar más una buena compañía que un televisor de plasma (por ejemplo).

Y es que el silencio compartido con un ser al que quieres es capaz de transformarse en la más cálida y placentera conversación.